El Señor de La Cuevita
El Señor de La Cuevita es uno de los patronos de Iztapalapa. Se cuenta que los señores de Etla (en Oaxaca) venían a la ciudad de México, cargando la imagen de su santo patrón para llevarlo a reparar. Se trataba de una escultura de Jesucristo yacente en el sepulcro. Una de las muchas noches que pernoctaron a campo abierto en su largo camino, tuvieron que quedarse en una cueva del cerro de la Estrella.
Al día siguiente, cuando querían emprender nuevamente su camino rumbo a México, al intentar levantar la imagen, ésta pesaba tanto que no la podían levantar. Lo intentaron varias veces más, y lo mismo: no podían cargar con ella.
Entonces, ellos interpretaron que la imagen quería quedarse en la cueva, y la donaron al pueblo de Iztapalapa que le construyó una ermita en el lugar.
Muchos años después, a mediados del siglo XIX, Iztapalapa padeció una epidemia de cólera. Entonces el pueblo invocó al Señor de La Cuevita y milagrosamente fue salvado de la catástrofe.
En agradecimiento, los iztapalapenses le construyeron un santuario, que sustituyó a la vieja ermita, y prometieron, como manda, representar en Semana Santa la Pasión, lo cual se ha venido haciendo casi sin interrupción desde aquella época (sólo fue suspendida por la Revolución).